#MujeresCEIM: Carolina Fiubla – Tesorera CEIM
Contadora auditora, Magíster en Economía y finanzas y madre de dos hijos, lleva más de 10 años trabajando en CEIM, donde en la actualidad lidera una importante área de la institución.
Oriunda de Arica, Carolina Fiubla llegó hace 14 años a la capital regional de Antofagasta, acompañada de su pareja y su hijo, quien en ese entonces tenía menos de un año. En busca de nuevas oportunidades laborales, tomaron la decisión de emprender este viaje que marcaría un nuevo comienzo en sus vidas. Hoy, con gran éxito, Carolina se desempeña como tesorera en el Centro de Entrenamiento Industrial y Minero (CEIM), cargo de alta responsabilidad que le ha permitido demostrarse que las mujeres podemos tenerlo todo.
Carismática y perseverante, Carolina nos comparte su historia de esfuerzo, crecimiento y determinación, inspirando a más mujeres a creer en su propio potencial.
Conoce su historia.
¿Cómo fue la decisión emprender rubro hacia otra región?
Trasladarse de ciudad no es fácil, dejar todo atrás por una oportunidad profesional, sobre todo, a nosotras (las mujeres) nos cuesta mucho más. Siempre preguntándonos ¿qué priorizo? Y bueno, tomar esas decisiones no es fácil. Fue fuerte, imagínate, primer hijo, no tienes idea de cómo criar y estar sola en otra ciudad, alejarte de tu red de apoyo. Es difícil, afortunadamente tengo un buen compañero, un partner que cree en mí, en nuestro proyecto y me apoya. Eso ha permitido desarrollarme en lo profesional, pero sentirme muy conectada con mi “yo mamá”.
¿Cómo has logrado compatibilizar tu vida laboral con tu vida personal?
En CEIM el equilibrio entre el trabajo y la vida personal es una prioridad, y eso marca una gran diferencia. Aquí he encontrado un espacio que me permite desarrollarme profesionalmente sin tener que renunciar a mi rol de madre. Es un ambiente que brinda flexibilidad y comprensión, algo que no siempre es común en el mundo laboral. Afortunadamente, nunca he tenido que elegir entre mi carrera y mi familia, y eso es invaluable.
En cuanto a tu vida profesional, ¿cómo has forjado tu carrera a través de los años?
El aprendizaje nunca se detiene. Cada día surgen nuevos desafíos y oportunidades para mejorar, y creo que es clave mantener una mentalidad abierta al cambio. No podemos limitarnos a hacer lo mismo durante años, porque todo evoluciona: las leyes, las metodologías y las tecnologías.
Desde que me titulé como contadora auditora hace 20 años, he visto cómo la profesión ha cambiado constantemente, lo que me motivó a seguir capacitándome. En CEIM tuve la oportunidad de cursar un magíster que me permitió actualizar mis conocimientos y fortalecer mis habilidades. Sin duda, mi mayor fortaleza ha sido mi deseo de aprender y descubrir cosas nuevas, eso es lo que me ha permitido crecer y consolidar mi carrera.
¿Cómo has visto la evolución de las industrias respecto a la incorporación de mujeres?
Los avances han sido enormes. Hoy vemos mujeres capacitándose y operando un CAEX, algo que un par de años atrás era impensado. Su aporte es innegable, y cada día ganamos más espacio en áreas que históricamente fueron dominadas por hombres.
Particularmente en la minería, el cambio ha sido significativo. Antes, la presencia femenina estaba llena de restricciones y mitos, como la idea de que las mujeres no podían ingresar a las minas, algo absurdo, pero tremendamente limitante para las mujeres. Ahora, las puertas están abiertas y es impresionante ver cómo hemos derribado esos prejuicios y ver más mujeres ocupando roles clave en la industria.
No buscamos estar por encima de los hombres en términos de oportunidades. Queremos igualdad y estamos trabajando duro para conseguirla.
¿Cómo piensas que has aportado a este cambio?, para que la mujer pueda incorporarse a las industrias.
Es curioso, porque a veces uno no se da cuenta del impacto que genera hasta que alguien te lo menciona. Pero si hay algo que siempre he tratado de hacer es no rendirme, desafiarme constantemente y demostrar con hechos que las mujeres podemos lograr lo que nos propongamos.
En mi día a día, trato de aportar a este cambio guiando a las nuevas generaciones. Cuando llegan profesionales recién egresados(as), les insisto en la importancia de preguntar, aprender y desafiarse. Yo también fui una recién egresada alguna vez, y sé que la teoría es solo una parte del camino; la práctica lo es todo. Me gustaría que, cuando miren atrás, recuerden que alguien los ayudó a crecer, que les transmitió conocimientos y los impulsó a avanzar.
También creo que este cambio debe empezar desde la infancia. Por eso, con mi hija, siempre refuerzo la idea de que ella puede lograr lo que se proponga, que debe luchar por sus sueños y no dejar que nadie le diga que no puede. Sé que aún nos queda camino por recorrer, pero cada paso que damos abre nuevas puertas para las generaciones que vienen.
¿Cuál es tu mayor logro de vida?
Sin duda, mi familia. Hoy en día, mantener un equilibrio entre la vida personal y profesional es un desafío, y creo que haberlo logrado es mi mayor orgullo. Poder ver crecer a mis hijos, compartir con mi esposo y, al mismo tiempo, desarrollarme en una carrera que me apasiona, es algo que valoro profundamente. Compatibilizar no es fácil, pero se puede. Siento que mi mayor logro ha sido construir una vida en la que puedo ser feliz tanto en lo profesional como en lo personal.
¿Qué le dirías a las nuevas generaciones de trabajadores y trabajadoras?
Les diría que se relajen, que disfruten más y se preocupen menos por cosas que no valen la pena. Muchas veces nos desgastamos por detalles que no tienen tanta importancia en el largo plazo. Sean felices, sigan sus pasiones y hagan lo que realmente les guste.
También creo que es fundamental aprender a respetar las decisiones de los demás. Si cada persona se enfocara en su propio camino y dejara de juzgar al resto, el mundo sería un lugar mucho mejor. Confío en que avanzamos hacia una sociedad más abierta y tolerante, y cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de aportar a ese cambio.


